OblivionBorn
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Esclavizada

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Mensaje por Darknaya Miér Ago 23, 2017 6:28 pm

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Esclavizada
Introducción
Desde el comienzo de la existencia, el mundo estaba regido por una mano poderosa, una mano venida de la ultratumba, quemada y alentada con la energía de los muertos.
Desde que el mundo se creó, era el mal quien lo regia y alimentaba a todos aquellos que bebían de su infinito odio, proclamando las almas de los mortales como suyas, haciendo de la destrucción su pasatiempo, creando un lugar donde no había nada más que dolor.
Ahora, el infierno, dueño de todos los males.
Volvía a elegir a un Dios.
Autor: Darknaya
Año: 2015
Nota Cualquier duda, sugerencia, comentario, etc... son bien recibidos. Recordar pasar un buen rato leyendo y publicar tu opinión sin herir a los demás ^^
Esta historia esta publicada oficialmente en Amazon, Wattpad, y en este foro. Cualquier otra distribución es ilegal y no tiene mi permiso.
Obra protegida en SafeCreative.
Se prohíbe toda copia o reproducción de esta obra.
Todos los derechos reservados.


Última edición por Darknaya el Miér Ago 23, 2017 7:29 pm, editado 1 vez

Darknaya
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Esclavizada Empty Capítulo 1.

Mensaje por Darknaya Miér Ago 23, 2017 6:31 pm

La muerte es dulce y amarga al mismo tiempo, nos reclama y nos absorbe, nos da toda una vida de ventaja con el fin de asesinarnos entre sus manos dejando atrás una vida mediocre y absurda...
¿Has visto las llamas del averno? ¿Has jugado en el ardor del infierno? ¿Has probado el sabor de los demonios? No, claro que no... Eres un simple mortal, como yo.
Pero hay un excepción, yo he sido elegida para poder jugar esta partida, y no pararé hasta llevarte conmigo a la destrucción.

Capítulo 1: Abre la puerta.

Cuando te pones a pensar en la vida… te llegan miles de cosas a la cabeza… ¿Qué es lo que esperan de mí? ¿A dónde voy? ¿Soy especial? ¿Estoy en lo correcto? O la más simple de todas… ¿Acaso estoy desaprovechando mi vida? Preguntas existenciales para personas que no veían como su cuerpo se iba debilitando delante del espejo.
Es fácil perder el tiempo con cosas intitules, y vánales, pensar en un principio del mundo, en un final. Parece que tu reloj está detenido, que eres inmortal.
Ese no era mi caso.

La persona más insignificante del mundo estaba a punto de morir… o cruel destino. Blah.

¿A alguien le importa?

Sí.

¿Quién?

A mí. Oh, espera, esa soy yo… Volvamos a responder: A nadie.

Y es que, en el fondo, nadie era alguien, pues era la única compañía que había tenido en mi vida. La soledad suele ser la desdicha más placentera que tiene el ser humano, unos la anhelan y otros la repudian.

La vida es una completa hija de puta.

Por más que quería avanzar o cambiar mi situación, no había ninguna forma de hacerlo… La medicación no ayudaba, la sanidad escaseaba y por si fuera poco, no había ningún tipo de aliento en la vida que llevaba.

Volví a dejar el cigarro encima del cenicero y suspiré.

En esos instantes sonó la puerta.

Nada más abrirla, pude ver una figura extraña, de cuerpo robusto, a simple vista espectacular, flotando en el aire, con unas hermosas alas negras cubriendo todo lo que sería el pasillo que daba al bloque.

Parpadeé.

Y me fije en la cara de aquel ser… completamente angelical, al contraste de aquellas siniestras alas.
Vale, estas fumada. Me dije a mi misma.

Me dirigí hacía el cajón donde guardaba aquella terapia medicinal que me hacía vivir literalmente estupideces, y lo comprobé. Estaba entera. No lo estaba soñando. No era mi imaginación.
Un ser monstruoso había llamado a mi puerta.

- ¿Qué coño?

- No te asustes, Lina. – Miré a aquella figura que hablaba desde el descansillo, entro, y cerro a su paso.

- ¿Quién eres? Mejor dicho… ¿Qué coño eres?

- Un demonio. – Sonrió de forma lisonjera.

- Vale, estoy flipando…  Estoy fumada, ¿verdad?

- No, no estas fumada. Soy un demonio, y sé todo respecto a ti.

- ¿Edad?

- 22.

- ¿Mi nombre?

- Jaquelina.

- ¿Qué hago?

- Estudias magisterio... de primaria, para ser exactos – Arrugué el entrecejo.

- ¿Color favorito?

- El negro.

- ¿Color de pelo?

- Aunque se te vea pelirroja, eres rubia.- Me sonrió con malicia esta vez.

- ¿Y entonces que quieres de mí? – Pregunté entre asombrada y desconcertada.

- Ofrecerte algo a cambio de alargar tu vida.

- ¿Qué quieres?

- Tu humanidad.

Darknaya
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Esclavizada Empty Re: Esclavizada

Mensaje por Darknaya Miér Sep 06, 2017 1:12 am


Capítulo 2: Esclava.


Lina posó su vista sobre el demonio que se había colado en su salón. No podía dejar de admirar sus alas negras, que reposaban en su espalda completamente cerradas. Sus ojos hipnóticos que la llamaban a saber más sobre aquel ser.

- Explícame, ¿A qué has venido? – Su voz sonaba decidida, esperando una respuesta que fuera correcta. Algo así como que todo era un sueño.

- A un montón de cosas… pero en especial, a jugar a un juego. – Se sentó en el sofá colocando los pies encima de la mesa, sus vaqueros rasgados dejaban entre ver sus piernas, con apariencia perfectamente humana, como todo él.

- ¿Qué juego?

- El mundo está regido por dos reinos, el de los cielos, y el de los muertos… Cada tiempo, hay unos juegos donde se elijé al Dios que reinará dicho mundo… Parece simple, pero desgraciadamente no podemos hacerlo con nuestros poderes. – Murmuró con malicia conforme dejaba ver como su mano completamente normal se iba transformando en unas garras, sencillamente, diabólicas. – Entonces, nos toca jugar aquí. En la tierra de los débiles como vosotros. Sigo tu vida desde que naciste, eres inteligente, astuta, creativa, tienes algo dentro que solo los humanos especiales tienen, esa cualidad de poder sobrevivir. Te he elegido para que seas mi esclava.

- ¿Y eso qué es para mí? – Se sentó en el sofá a su lado. Mirando fijamente a aquellos ojos tenebrosos color azabache. - Te doy la oportunidad de alargar tu vida un tiempo, no te queda demasiado, y morirás.

Eso lo sabía, claro que lo sabía. El tiempo menguaba, le quedaba poco, y no hacía nada más que consumirse con la idea de una vida sin logros, sin emociones, carcomida por los miedos y desaprovechada. Una vida que no había sido vivida, años malgastados en “lo correcto” olvidando todo aquello que deseaba hacer.

- Lo sé, me lo han dicho los médicos. ¿Qué tengo que hacer? – No dudo en aceptar, podía notar el tacto de la muerte contra su garganta. El sonido de su reloj acabándose.

- Ganar el juego.

- ¿Cómo?

- Eso no se sabe hasta que empieza.

- ¿Cuándo empieza?

- Tampoco se sabe, es un juego… divertido. – Soltó con una carcajada. – El infierno busca diversión y dolor a partes iguales, porque el dolor es divertido… Aunque eso ya lo sabes, ¿Verdad? – La sonrió con malicia. – Este mundo tiene las leyes más inestables que se puede encontrar uno, y eso hace que cualquier movimiento sea impredecible.

- ¿Inestable? Más bien quieres decir aleatorias…

- Llámalo como quieras, humana. Pero es gracioso ver como todos los demonios acabamos muriendo por un simple mortal.

- ¿Tú morirás?

Rio con fuerza.

- Yo seré el nuevo Dios.

- ¿Qué tengo que hacer para aceptar? – Era su única opción.

- Firmar.

- ¿El qué?

- En tu cuaderno… - Se levantó la camiseta dejando ver unos abdominales perfectamente definidos, agarrando contra el cinturón dejo ver lo que era un objeto negro de bordes rojos. – Este es un cuaderno de pactos, sirve para obtener los poderes de un dios, si pones tu nombre, formarás parte del juego y pasará a ser tuyo. Pero, ten cuidado… si lo destruyen, morirás.

Lo tomó entre sus manos, el peso las hizo temblar.

Abrió la primera página, invadiéndole una sensación de miedo. Sus manos comenzaron a andar por cada hoja, leyendo por encima la cantidad de pactos que había, sin reparar en sus condiciones.

Sus ojos se clavaron en una de las normas.

El humano que use este cuaderno perderá directamente su alma.

- Perderé mi humanidad…

- Y ganarás una vida por delante.

Cogió la pequeña pluma que estaba en la contra portada.

- Tienes que usar tu sangre.

Dudó.

Dudó por varios segundos, y entonces firmó.

Darknaya
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